domingo, 5 de agosto de 2012

RES MÍSTICA: LA GRAN POESÍA DE ELQUI BURGOS.



Elqui Burgos como Vallejo tiene su Paris. Su Paris que no es el de Vallejo. Palpablemente existe en ambos Poesía en su dolor, aunque nos preguntáramos siempre cómo es que algunos, los mejores, hacen arte en esa enredadera. Y, del dolor sacan su suerte como esos monitos pintones en las ferias que en papelitos coloridos entrega el organillero a esos que  asisten que somos nosotros. Una jugada magna si no fuera porque el propio corazón se queda co-ju-do con esta poesía que ha atravesado los siglos de la soledad más perfecta. Más inigualable, al conjuro de un Stalingrado de amor, de cuerpos y de ángeles. Porque la poesía de Elqui Burgos ha debido ensayarse en una cárcel de pasiones con un diamante por brújula con el que el poeta iba rayando La Luz y La  Forma del poema: cada poema tratado como un cuerpo con hambre: cada poema tallado con ese diamante de infinito. El resultado ha sido esta Res Mística, estos poemas amargos y secos como la yerba de Urcos cuando ha dejado de llover. “Amarga y seca la soledad cuando no ha aprendido uno a alimentarse de ella” dice García Calvo y, sí pues, amarga y seca la maravilla escrita cuando ya poco se esperaba de un poeta y su grandeza.
Vladimir Herrera.