viernes, 20 de junio de 2014

Sol que juega con extraños objetos en el bosque de Ranhuaylla. Extraño sol.



La vida solitaria en los bosques, ya lo decía Thourau, produce o puede producir cierto tipo de alucinaciones.  En mi caso, las sufro desde el Bosque de Ranhuaylla y desde la ventana del lado norte de mi casa. Estos días son los más sagrados para el pueblo. Suceden las peregrinaciones al señor de Ccoyllurritti a casi cinco mil metros de altura y se ven cosas. Esto es el Perú, también. Doy fe de que las fotos del Iphone no han sido alteradas en lo más mínimo. V.H.







martes, 17 de junio de 2014

MEXICANO DAVID HUERTA ESCRIBE SOBRE POESÍA PERUANA.



Mexicano David Huerta escribe sobre poesía peruana.

             En un sentido estricto, Cisneros pertenece a la generación de Javier Heraud, Rodolfo Hinostroza, Marco Martos, Julio Ortega y Luis Hernández, entre otros; pero tiene afinidades evidentes con poetas un poco más jóvenes que él, como Mirko Lauer, Mario Montalbetti y Vladimir Herrera. Digamos, mejor, que estas dos o tres generaciones son una sola, para fines de perspectiva histórico-literaria. Cisneros vendría a ser él sólo, el centro del trabajo poético peruano en la segunda mitad del siglo veinte; al lado de sus colegas y compañeros estaría todo el tiempo puliendo las aristas de ese centro, tratando de darle fluidez a las comunicaciones literarias- con tal de no convertirse en un figurón patriarcal, de esos que han infestado las letras hispánicas durante tantos años- De allí su interés por el periodismo literario, espacio que privilegia el trabajo de equipo y permite estar más o menos al día; fruto de ese interés fue su labor al frente de la revista El caballo rojo y de algunos  suplementos literarios peruanos, específicamente limeños.
            Los poetas peruanos de la segunda mitad del siglo veinte, entonces, constituyen un grupo numeroso de marcadas diferencias; todos ellos son buenos, excelentes poetas y cada uno proporciona a sus lectores una visión diferente del lenguaje, del mundo, de la experiencia. Vladimir Herrera trabaja textos de un elegante hermetismo. Rodolfo Hinostroza ha escrito algunos bellos y emocionados poemas de revelación y de éxtasis,a la vez que ha introducido un simultaneismo semejante al practicado por Eliot y Pound en los años veinte( una insolita puesta al día latinoamericana de las antiguas vanguardias: Hinostroza es un poeta siempre nuevo, siempre renovador, a cada lectura). Mirko Lauer es irónico, geométrico, dueño de una disciplina barroca que, luego de beber en las fuentes abiertas por el cubano  José Lezama Lima, se acerca al sueño desdoblado de John Berryman. Hay varios nombres y obras y la lista podría alargarse mucho más. Lo que importa señalar, aquí, es la riqueza de la poesía peruana y su continuación (polémica) con la tradición vallejiana y adaniana que es, propiamente su cimiento moderno,(continúa)


Estracto de un texto más extenso de 1998 hallado en la red casi por azar.